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¿Qué son las habilidades blandas?

Las denominadas habilidades blandas son aquellos atributos o características de una persona que le permiten interactuar con otras de manera efectiva, lo que generalmente se enfoca al trabajo, a ciertos aspectos de este, o incluso a la vida diaria.

No son sólo un ingrediente en particular, sino que son el resultado de una combinación de habilidades sociales, de comunicación, de forma de ser, de acercamiento a los demás y otros factores que hacen a una persona dada a relacionarse y comunicarse de manera efectiva con otros.

Por lo anterior es que las habilidades blandas tienen relación con lo que se conoce como inteligencia emocional; la relación y comunicación efectiva se ve afectada principalmente por la capacidad de conocer y manejar las emociones, tanto en nosotros mismos como en los demás. También se puede utilizar el término de “competencias interpersonales” para agrupar a estas habilidades en una persona.

Otra forma de enfocarlo, es diferenciar estas características de lo que se conoce como las habilidades duras; estas últimas tienen relación con los requerimientos formales y técnicos para realizar una determinada actividad. Por ejemplo conocer los procedimientos y modo de operación de una máquina en una fábrica, es parte de las habilidades duras de una persona.

Es importante también no idealizar las diferentes capacidades o habilidades de cada quien; para algunas labores o funciones las habilidades blandas tienen una gran importancia (por ejemplo para aquellos trabajos donde hay una relación directa con el público, o donde se requiere de mucha interacción con otras entidades, departamentos o personas), mientras que otros trabajos centran sus requerimientos más bien en las habilidades “duras” del candidato (por ejemplo, un programador de computadoras). Cada persona, de acuerdo a sus características y preferencias, se verá más a gusto en una posición acorde a su set de habilidades.

En cualquier caso, tanto las habilidades blandas como duras pueden ser desarrolladas. En el caso de las habilidades duras el asunto es evidente – por ejemplo basta con leer el manual de funcionamiento de una máquina o dispositivo para desarrollarlas en un cierto ámbito- mientras que las habilidades blandas requerirán de la voluntad para poner más atención en la forma en que nos relacionamos con los demás.

El manejo de las habilidades blandas resulta crucial en el mundo laboral. “Si bien estas competencias son innatas, todos tenemos la capacidad de poder desarrollarlas”

  1. Ética. Normas, valores y principios que regulen el correcto actuar de la persona a lo largo de su vida y carrera profesional.
  2. Responsabilidad. Es decir, responder a las exigencias del puesto, en los tiempos y formas establecidas.
  3. Empatía. Ponerse en el lugar de los demás y ser solidario.
  4. Sociabilidad. Poder relacionarse con cualquier persona de la organización en la que se trabaja y con distintos públicos fuera de ella. Compartir dentro y fuera de la empresa y capacidad para crear contactos o redes en el tiempo.
  5. Facilidad de Comunicación. Tener la habilidad de dar a conocer las ideas, inquietudes, problemas y puntos de vista de una manera que sea entendida por todos.
  6. Escucha activa. Consiste en captar lo esencial de cada mensaje recibido, gracias a que el oyente presta la atención adecuada y entrega su feedback o retroalimentación. Es clave, por ejemplo, para la resolución de conflictos.
  7. Trabajo en equipo. Capacidad para entender que uno forma parte de algo mayor que es la organización y que en la medida que los esfuerzos de los distintos actores se conjugan existe una mayor probabilidad de éxito en el logro de los objetivos que se han planteado como grupo.
  8. Adaptación al cambio. Saber que se vive en un mundo dinámico y en permanente evolución, lo que obliga a ser flexible para adecuarse a las nuevas circunstancias y los cambios de escenarios que tienen lugar.
  9. Creatividad. Capacidad para buscar nuevas propuestas que sean originales y que rompan, de algún modo, el esquema o modelo establecido con un fuerte acento en la innovación.
  10. Capacidad para resolver problemas. Desarrollar soluciones que ayuden a superar las dificultades que se presenten y en donde todos saquen experiencias y se beneficien en materia de aprendizaje.
  11. Optimización del tiempo. Manejar este recurso cada vez más escaso de una manera eficiente, con miras a alcanzar los objetivos planteados.
  12. Actitud Positiva. Tener una visión que se enfoque en la parte llena del vaso y no en la vacía, para generar movimiento y avanzar en la ruta que se ha definido.
  13. Espíritu de servicio. Entender que si bien la tecnología puede ser sinónimo de hardware o “fierros”, el servicio juega un papel muy importante, tanto para los clientes externos como para los internos (compañeros de trabajo).
  14. Seguridad personal. Dice relación con la confianza que pueda tener una persona en su actuar y en el ejercicio de su profesión.
  15. Tolerancia a la presión. Soportar las situaciones que son estresantes o muy demandantes demuestran un gran control por parte de una persona, pues deja en claro su habilidad para sortear situaciones complejas y no perder el foco en lo importante.
  16. Asertividad. Capacidad para dar a conocer una opinión en el momento y en la forma adecuada.
  17. Respeto a las opiniones. Tolerar los puntos de vista diferentes es una habilidad muy bien mirada en un mundo globalizado y en donde cada persona tiene derecho a pensar diferente.

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